150 ml de vino blanco,
4 cucharadas de pasta de tomates secos,
2 guindillas,
2 dientes de ajo,
450 gr de tomates despepitados y pelados,
sal,
pimienta,
aceite de oliva y la pasta que más os guste.
PREPARACIÓN
Preparamos la salsa de tomate. Con los tomates despepitados y pelados los cortamos y los pasamos a una cazuela con aceite caliente. Los pochamos hasta que se deshagan. En ese punto le añadimos el vino blanco, las guindillas y los ajos y dejamos reducir. Para terminar la salsa de tomate añadimos la pasta de tomate y salpimentamos.
Cocemos la pasta que más nos guste según las instrucciones del fabricante. La escurrimos una vez cocida y la mezclamos con la salsa de tomate. Lo mejor es dejarla un poquito dura para que se impregne bien de la salsa de tomate y se termine de cocinar en la cazuela, absorbiendo también parte del agua que le quede a la salsa y de esa forma quede más seca.
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